El poder económico/financiero

El poder económico/financiero

martes, 29 de mayo de 2012

Desde hace años los ciudadanos de todo el mundo, impulsados por los nuevos medios de comunicación  y debido a la globalización, hemos ido viendo como el «poder económico»  subyuga al mundo.  Muchos antes que nosotros intentaron avisarnos de lo que se nos venía encima. Gente inteligente y altruista que se preocupaba por el bien general de la humanidad. Pero cuando estos héroes se enfrentaron al sistema económico, tuvo poca repercusión social. Esto fue en gran medida, por que el lobo, aun estaba disfrazado de cordero y la mayoría no supimos ver las señales, desde la comodidad de nuestros estados de bienestar social. En aquel tiempo el poder económico se mostraba como la única salida de la humanidad, impulsando la investigación y la tecnología para combatir los males del mundo. Como las enfermedades, las guerras, el hambre etc. Y a la vez nos ofrecía, al mundo desarrollado, incontables artículos de consumo que facilitan enormemente nuestra vida diaria, pero que son absolutamente prescindibles. Durante este tiempo el poder económico fue cogiendo fuerza y cuerpo y creció de tal modo que hoy en día no necesita  esconderse. Se muestra sin tapujos como un monstruoso sistema que lo devora todo sin escrúpulos, sin piedad, sin miedo. Agota hasta la extinción los recursos del planeta, provoca guerras en su beneficio, mata de hambre a pueblos enteros especulando con los alimentos, arruina países poderosos de esos del primer mundo, condenando al 99% de la población a la indigencia. Se salta los derechos humanos cuando le place y no es juzgado por nadie, por que nadie se atreve a enfrentarse a semejante monstruo. Fomenta todas las perversiones del ser humano, primando y premiando el egoísmo, la mentira, el engaño, la codicia. Para luego echárnoslo en cara haciéndonos sentir culpables, de tal forma que asumimos como cotidiano y normal las barbaridades a las que nos someten.

Pero ahora estamos despertando de nuestra propia «Matrix» en la que nos han envuelto. Ahora vemos claramente esas barbaridades y quién las hace y las permite. Ahora vemos claramente el cuarto poder, que no está reconocido en ningún país pero que domina a los tres que si lo están. El poder legislativo, el poder ejecutivo y el poder judicial, en los que se basan la mayoría de los gobiernos, están siendo atacados y dominados por este cuarto poder, el económico. Ningún estado está preparado para estos ataques, sus leyes no están a la altura de la magnitud del cuarto poder. Los gobiernos no saben como luchar contra esta bestia y dan palos de ciego intentando paliar la situación, pero sin ningún atisbo de solucionarla, porque no pueden. Simplemente no pueden. Los gobiernos están atrapados entre el pueblo que les votó y que no quiere sufrir las consecuencias de los errores del sistema actual, y el poder económico. Es una batalla colosal, en la que solo puede ganar uno de los dos.

Si gana la batalla el poder económico, el final es fácilmente previsible, subyugación total de los pueblos libres y la devastación del planeta para expoliarle los recursos naturales, que ya son escasos. Personalmente no me gustaría nada tener que vivir en ese futuro.

Si, por el contrario, la batalla la gana el pueblo, en el que reside la verdadera soberanía de los estados y que hasta ahora ha estado «aletargada» operando solo a través de los representantes elegidos. Entonces habrá un futuro. Un futuro libre, sostenible, limpio. En este es en el que yo creo, el que yo quiero para mi y para mis hijos.

No me engaño, se que si el pueblo gana la batalla, no va a ser fácil crear este nuevo futuro. En primer lugar porque siempre es duro el cambio. Siempre perdemos algo cuando reconocemos lo que está mal y lo cambiamos. Pero es necesario por nuestro bien y el de nuestros descendientes que desmontemos el poder económico y lo reinventemos en una economía sostenible, que esté al servicio de la humanidad y no al revés.

Desde aquí, te animo a salir a la calle, junto a otros miles de personas que estamos embarcados en esta lucha sin más armas que la justicia, la verdad y el sentido común. Armas que están a disposición de todos y que son las necesarias para combatir la injusticia, la mentira y el sin sentido del poder del 1%

 

Manuel García.

Ciudadano indignado