Un hombre que se conforma con obedecer a leyes injustas,
y permite que le pisen el país en que nació los hombres
que se lo maltratan, no es un hombre honrado […]
En el mundo ha de haber cierta cantidad de decoro,
como ha de haber cierta cantidad de luz. Cuando hay
muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que
tienen en sí el decoro de muchos hombres.